jueves, 19 de agosto de 2010

COMO SE INICIA EL CANCER

El paso siguiente es la promoción; en este paso una célula que ha iniciado su cambio se transforma en cancerosa. La promoción no tiene efecto sobre las células que no han sido sometidas al proceso de iniciación. De esta forma, varios factores, a menudo la combinación de una célula susceptible y de un carcinógeno, son necesarios para causar el cáncer.


Volviendo al proceso por el cual una célula normal se transforma en una célula cancerosa se ha visto que, al final, el ADN también sufre unos cambios. Estos cambios en el material genético de las células son, a menudo, difíciles de detectar, pero algunas veces un cambio en el tamaño o forma de un cromosoma determinado indica un cierto tipo de cáncer.

Por ejemplo, un cromosoma anormal denominado Filadelfia se encuentra en cerca del 80 por ciento de los pacientes de leucemia mieloide crónica. Otros cambios genéticos han sido también identificados en tumores cerebrales y en cánceres de colon, mama, pulmón y hueso.

Para el desarrollo de algunos tipos de cáncer, puede que sean necesarios varios cambios cromosómicos. Estudios de familias con poliposis en el colon (un trastorno intestinal hereditario en el cual los pólipos se desarrollan y se transforman en cancerosos) han explicado de esta forma cómo se desarrolla el cáncer de colon: el revestimiento normal del colon comienza a crecer más activamente (hiperprolifera) porque las células no tienen un gen supresor en el cromosoma 5 que normalmente controla el crecimiento del revestimiento del intestino.

Una leve alteración en el ADN entonces produce cambios que conducen a la formación de un adenoma (un tumor benigno). Otro gen (el oncogén RAS) hace que el adenoma crezca más activamente.

La consecuente pérdida de un gen supresor en el cromosoma 18, a la larga, estimula el adenoma y, finalmente, la pérdida de un gen en el cromosoma 17 convierte el adenoma benigno en cáncer.

Otros cambios adicionales pueden hacer que el cáncer forme metástasis (se propague). Cuando una célula se ha convertido ya en cancerosa, el sistema inmunitario puede, a menudo, destruirla antes de que se reproduzca y se establezca como un cáncer.

El cáncer es más propenso a desarrollarse cuando el sistema inmunitario no funciona normalmente, como en las personas con SIDA, en quienes toman fármacos que frenan la respuesta inmunológica y en quienes padecen ciertas enfermedades autoinmunes. Sin embargo, el sistema inmunitario no es infalible, porque el cáncer puede escapar a la vigilancia protectora del sistema inmunitario aun cuando éste funcione normalmente.

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